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miércoles, octubre 1, 2025

La evolución de “Los Pica Pica”. De las calles a las redes sociales.

 

En el argot político dominicano, “Los Pica Pica” son ciudadanos de barrios populares, se convierten en personas muy peculiares y  sobre todo persistentes para conseguir sus objetivos.

Se les denomina así a jóvenes y adultos que tienen una habilidad asombrosa para enterarse y presentarse en cada reunión, marcha, caravana o mitin; acuden a estas actividades con un objetivo claro, picar a funcionarios, candidatos y a todo el que ellos perciben que maneja recursos económicos.

Su presencia era tan generalizada que, en un mismo día, podían aparecer en dos o tres eventos, siempre con una agenda apretada y una energía incansable.

Son maestros del halago oportunista, capaces de ensalzar a un político con frases como “¡Juancito, sin ti se hunde este país!” o “¡Daniloooo, ese sí es bueeeno!”, ¡Abinader, el mejor presidente del mundo! ¡Leonellllll, el pueblo que quiere 4 años más! solo para, minutos después, tildarlo de “ladrón” o “tacaño” a viva voz, si no recibían lo que esperaban.

Con una voz estruendosa que se imponía en la multitud, Los Pica Pica eran a su manera, un fenómeno cultural y político.

Sin embargo, el avance de las redes sociales ha transformado a estos personajes, dándoles una nueva plataforma para operar.

Ya no necesitan estar físicamente en cada evento como antes; ahora, desde sus cuentas de Facebook, Instagram, WhatsApp y hasta YouTube, Los Pica Pica han evolucionado hacia una versión digital de sí mismos.

Sin estudios formales ni conocimientos en comunicación, han aprendido a navegar el mundo virtual con una astucia que no debe subestimarse.

Los Pica Pica, en su versión 2.0, han encontrado en YouTube y otras redes un medio para amplificar su influencia, creando programas donde hablan de problemas comunitarios, vociferan, entretienen, amenazan con divulgar información, y hacen decenas de poses para llamar la atención.

Sus publicaciones y transmisiones en vivo no solo buscan captar la atención de políticos y funcionarios, sino también de una audiencia que consume su contenido como una mezcla de espectáculo y crítica social.

Por otro lado, esta evolución también pone en evidencia los peligros de una era de redes sociales sin regulación ni filtros. Los “nuevos comunicadores” no solo perpetúan un modelo de oportunismo, sino que, en algunos casos, han cruzado la línea hacia la extorsión.

Al autoproclamarse representantes de comunidades o “voces del pueblo”, estos Pica Pica digitales pueden manipular narrativas y presionar a figuras públicas, todo mientras se escudan en la libertad de expresión.

Esto genera un dilema: ¿hasta qué punto es legítimo que estas figuras utilicen las redes para su beneficio personal, y cómo distinguir entre la crítica genuina y el chantaje?

La evolución de Los Pica Pica no es solo un reflejo de la adaptación de un grupo social al entorno digital, sino también un síntoma de las desigualdades y la falta de oportunidades que persisten en nuestra sociedad.

Sin embargo, romantizar esta transformación sería un error. Los Pica Pica, en su versión digital, no solo perpetúan prácticas cuestionables, sino que también contribuyen a un ambiente de polarización y desconfianza.

Sus halagos y ataques, antes limitados a las calles, en mítines y marchas, ahora alcanzan a miles de personas en tiempo real, amplificando su impacto. Esto nos obliga a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos como sociedad en la construcción de un espacio digital más ético y constructivo.

Los Pica Pica han demostrado una capacidad asombrosa para adaptarse a los tiempos, pasando de las multitudes en las calles a la influencia de las redes sociales.

Están convencido de que por abrir un Facebook y tener 5,000 “amigos” un Instagram, un grupo de wasap y un canal gratuito en Youtube, influyen en el pensamiento de la población.

El proyecto de modificación de la ley de expresión y difusión del pensamiento, no debe contener censura previa, nunca tratar de silenciar los medios de comunicación o cercenar la libertad de expresión, eso no es negociable y seria inconstitucional.

Pero hay que hacer algo con los nuevos pica pica de las redes sociales, esos que la utilizan para chantajear.

 

 

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